THE SHIELD

Ok, este es el primer post de un invitado, un tal "Mr. Anónimo" envió este escrito que me pareció muy interesante. Lo comparto con ustedes. Gracias. "Mr Anónimo" (tu anonimato me recuerda al hermano mayor de Meteoro, El corredor enmascarado)


Por qué vi The Shield
Hace años que no tengo “televisión”, es decir, tengo aparato pero no señal de antena o cable que lo alimenten. Volví a ver cosas hechas para televisión, al asumir, luego de varios años que el cine estadounidense murió. Claro que hay buenas películas todavía pero, globalmente considerado, murió. Creo que eso ocurrió más o menos en 1985, salvo por las películas de John Carpenter posteriores a esa época y algunas comedias actuales. Entonces, hace poco, llegó el rumor que ahora, la “posta” estaba en las series, no sitcoms, sino series dramáticas. Vi un poco de Lost; otro poco de la abominable 24 y bastante de House. House me divirtió, sí, pero nada más. Hasta que me recomendaron The Shield, una serie de televisión norteamericana de la cadena FX Networks creada por Shawn Ryan y ambientada en una imaginaria comisaría del Distrito de Farmington, en Los Ángeles. En España y Latinoamérica se ha podido ver en el canal AXN y en algunos canales independientes. La serie ganó un Emmy en su primera temporada y su protagonista Michael Chiklis ha ganado un Emmy y un Globo de Oro al Mejor Actor por su papel como Vic Mackey. La trama sigue principalmente al Equipo de Asalto, un grupo especial, formado por cuatro detectives y liderado por el policia Vic Mackey. Este equipo de Asalto utiliza la violencia, el robo, la extorsión e incluso el asesinato para llevar a cabo su trabajo en las calles y hasta para sacar rédito propio.

¿Qué tiene de atractivo esta historia que en un principio está llena de clichés? En definitiva, los personajes son policías corruptos y hasta homicidas, que sin embargo tienen (al menos alguno de ellos) unos ideales de justicia, es decir, el arquetipo del héroe reprochable a pesar de características negativas; el jefe de los policías, al que no le importa nada más que su carrera política; un detective nerd, brillante por momentos en su trabajo pero incapaz de llevar su vida adecuadamente; hijos adolescentes conflictivos, vendedores de drogas mafiosos, policías novatos en riesgo de resultar muertos por su inexperiencia, soplones, informantes, prostitutas drogadas, etc. ¿Dónde podía estar lo bueno de todo eso?



Y sin embargo The Shield es excelente, es la legataria de la habilidad del cine estadounidense de contar historias y emocionar por una enorme cantidad de razones, de las que voy a nombrar sólo algunas. En primer lugar, cuenta con actuaciones descomunales. Todos los personajes principales están brillantemente interpretados. Se nota además que los parlamentos son en gran parte invención de los actores. No sé cómo se logra, pero el rodaje da una sensación de realismo real, nada es mágico, ni artificial. Nada de lo que se ve en la pantalla es lindo. Los aparatos no son lindos, la gente no es linda, los trajes están mal confeccionados y le caen mal a la mayoría de las personas, las cosas están gastadas como en la vida real. No quiero decir que la ficción deba verse real para ser buena, sino que el efecto de realidad está magistralmente logrado.

Glen Close como la jefa de la comisaria en la cuarta temporada de The Shield

Muchas escenas alcanzan una intensidad dramática increíble. Pueden, inusualmente, durar 15 minutos de diálogos, silencios y tensión. Pero todo ello es más bien superficial. La razón es la calidad de la manipulación emocional (pero no en sentido peyorativo) que logra sobre el espectador. Los personajes son en su mayoría, lo peor que puede dar la humanidad. Sin embargo, sentimos empatía por ellos porque son humanos, porque sufren, aunque ese sufrimiento sea producto de sus propias y malas acciones y no por circunstancias del destino ajenas a ellos. Podemos sentir compasión por alguien a quien, desde un punto de vista racional, le dirigiríamos los peores reproches morales, penales, etc. Pero aun así tienen sufrimiento para mostrarnos, sufrimiento real respecto del cual no podemos dejar de sentir compasión. Y eso es también una virtud humana.

El grupo de asalto del capitulo 1

Estas características se ven exacerbadas por un final en el cual, hay un crescendo de la complicación de los personajes hasta que están atrapados en una madeja en la que ni ellos ni el espectador ven la salida. Vuelvo a una característica especial de esta historia de siete temporadas y un final descomunal que la hace especial: los personajes sufren pero no, como en la tragedia griega, por fuerzas del destino que no pueden controlar, sino por fuerzas que, si bien ya no pueden controlar, fueron puestas en movimiento libremente por ellos mismos y que constituyeron ataques reprobables a otros. Y aun así, uno no quiere que sufran, es injusto que sufran.

El personaje principal (Vic Mackey) y de nuevo al revés de lo que pasa en la tragedia griega, sufre el mal de abandonar el único principio moral que sentía como irrenunciable, y lo hace por motivos egoístas. No se trata de la tragedia del castigo injusto por no abandonar los ideales y el deber (Antígona), sino del fracaso justo por abandonar voluntariamente esos ideales y el deber. Y aun así, somos humanos y no queremos que suceda. Es fácil ponerse de lado de Antígona. Lo difícil, el verdadero logro humano, es ponerse de lado de Vic Mackey, de Shane Vandrell. Los autores de The Shield nos muestran nuestra humanidad a través de la inhumanidad de los personajes; The Shield no muestra personajes “humanos”, en el sentido dickiano de la caritas, sino que nos vuelve espectadores humanos.