Para mí el Sunderland Club es algo especial. No solo porque queda a la vuelta de mi casa, en mi nuevo barrio adoptivo de Villa Urquiza, si no porque es una de las más famosas milongas porteñas y del mundo. Su carácter autentico es representativo de los clubes de barrio que impusieron su particular modo de bailar. Allí concurren los milongueros más importantes del tango - también algunos extranjeros famosos y devotos del tango, como Robert Duvall, William Dafoe, Liza Minelli o hasta Matt Damon - y su pista es dominada por el mejor nivel de baile, donde es difícil que puedan atreverse los menos experimentados.
Lejos de los salones del centro, se trata de un típico club con toda sus características que marcan la tradición del barrio, uno de los barrios más milongueros de toda la ciudad, que incluso tiene su propio tango que lleva su nombre. Todo parece muy sencillo, demasiado. Suderland Club parece la imagen metafórica de un sabio oriental de Las mil y una noches que da la impresión de no brillar pero, en realidad, en su interior se encuentra un saber profundo, milenario y verdadero. Un club de barrio, una pista de básquet y a encontrarse con el tango real.
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